El abdomen es la parte central y anterior del tronco. Su aspecto depende de múltiples factores:
La piel
Es una de las zonas que más se resiente con los cambios de peso corporal y, en las mujeres, también con los embarazos.
Sus consecuencias son la aparición de estrías y la existencia de flaccidez.
En casos extremos, el descolgamiento cutáneo puede ser tal que forme un pliegue amplio que incluso descienda por debajo de los genitales. Es el llamado faldón abdominal, que puede causar problemas locales asociados tales como irritación cutáneas, maceración e incluso mal olor.
La grasa subcutánea
Constitucionalmente, las mujeres tienen mayor predisposición al acúmulo de grasa subcutánea en la parte inferior del abdomen, entre el ombligo y el pubis.
Por otro lado, un aumento de su depósito más o menos difuso en el abdomen también puede estar en relación a un sobrepeso general.
El tono muscular
La musculatura del abdomen actúa como una auténtica faja que contiene las vísceras internas. La pérdida de su tono puede favorecer la dilatación abdominal, como ocurre por falta de ejercicio.
En las mujeres, por los embarazos, es frecuente apreciar una debilidad en la línea media abdominal (desde el esternón hasta el pubis) porque la musculatura queda entreabierta entre sí. Es la llamada diastasis de los músculos rectos abdominales. Este problema puede ser apreciado al hacer flexiones pues causa un abultamiento alargado debajo de la piel y, en casos extremos, aparentar incluso un embarazo por la protusión del contenido abdominal cuando la mujer está de pie.
Una hernia consiste en la salida del contenido abdominal a través de un defecto de la pared muscular (orificio herniario). Normalmente ocurre en zonas débiles de la misma, como a nivel del ombligo o de la ingle. En ocasiones, la hernia se genera tras una cirugía, por debilidad de la sutura quirúrgica (hernia incisional o eventración). Una hernia puede ser oculta o causar abultamientos localizados.
El contenido abdominal
Está determinado por el tamaño de las vísceras sólidas (hígado, bazo, páncreas), las vísceras huecas (estómago, intestinos) y la grasa que las rodea (grasa visceral).
Su contenido puede aumentar por muchos motivos:
- Un hábito intestinal regular (ausencia de estreñimiento) y evitar comidas que produzcan gases ayudan a mantener menor volumen abdominal de las vísceras huecas.
- El varón tiene una mayor predisposición a acumular grasa alrededor de las vísceras. La obesidad, independientemente del sexo, es otra causa de su aumento.
- Patologías como la ascitis (aumento del líquido peritoneal).
La constitución ósea
La pelvis de la mujer es más ancha que la del varón, por lo que puede influir en la forma del abdomen.
Así mismo, hay personas que tienen un aumento de la normal incurvación anterior de la columna vertebral lumbar (lordosis), que influye en gran medida en "empujar" hacia delante el contenido abdominal y condicionar un abdomen protuyente de difícil corrección quirúrgica.
La dermolipectomía abdominal es aquél procedimiento quirúrgico que elimina el exceso de piel y de tejido graso subcutáneo presentes en la parte inferior del abdomen, entre el ombligo y el pubis. También puede ayudar a tensar los músculos de la pared abdominal.
No existe un tipo universal de dermolipectomía abdominal que cubra las necesidades de todos los pacientes. La técnica quirúrgica se diseña para cada paciente, dependiendo de su caso particular.
Su cirujano le asesorará sobre qué técnica es la más adecuada en su caso concreto.
La técnica de la dermolipectomía abdominal clásica se realiza habitualmente bajo anestesia general. Requiere ingreso en clínica y se recomienda una estancia de 24-48 horas.
La dermolipectomía clásica consiste en extirpar horizontalmente el segmento de piel y grasa subcutáneas comprendidos entre el ombligo y el pubis. La forma del área extirpada es fusiforme y siempre debe respetar al ombligo, que debe permanecer anclado a la pared abdominal.
Para poder cerrar la herida creada, la piel y la grasa subcutánea deberán despegarse respecto del plano muscular en la parte superior del abdomen, hasta llegar al reborde de las costillas y el esternón. La tracción en sentido inferior permitirá aproximar el borde superior con el inferior de la herida, cerrando el defecto.
Antes de cerrar la herida se procede a otras maniobras quirúrgicas:
- Plicatura de los músculos rectos: si existe separación entre ambos en la línea media del abdomen (diastasis), se podrá corregir mediante puntos de sutura que, de arriba abajo, se extienden desde la zona del esternón hasta el pubis, volviendo a juntarlos entre sí a lo largo de la línea central abdominal, como si de una cremallera se tratara.
- Corrección de cualquier tipo de hernia que pudiera existir, ya sea mediante sutura directa o incluso con la ayuda de mallas sintéticas.
- Exteriorización del ombligo. Se deberá practicar una incisión en la piel abdominal, a modo de ojal, para poder aflorar al exterior el ombligo, que de otra forma quedaría oculto cuando se cerrase la herida abdominal.
El resultado final de una dermolipectomía abdominal clásica supone una reparación del plano muscular y un estiramiento de los tejidos abdominales (lifting) tras extirpar el excedente de tejido entre el antiguo ombligo y el pubis. Las incisiones quirúrgicas generarán dos cicatrices:
- Una cicatriz principal, de disposición transversal, extendida en la parte inferior del abdomen, de cadera a cadera, y que quedará cubierta por la ropa interior.
- Una cicatriz menor, alrededor del nuevo ombligo.
En el postoperatorio inmediato se aconseja flexionar las rodillas y elevar el cabezal de la cama para dormir para relajar la tensión de la sutura cutánea.
Una faja elástica ayudará a disminuir la inflamación de la zona tratada y favorecerá la readaptación de la piel a su nuevo contorno. Habitualmente se aconseja un uso continuado de este tipo de prendas durante un mínimo de un mes tras la cirugía, ampliable según la reparación practicada sobre el plano muscular.
Aunque la dermolipectomía abdominal clásica es la técnica más frecuentemente usada, no siempre puede indicarse, existiendo variantes técnicas quirúrgicas diseñadas para ajustarse a diferentes problemas.
Cuando hay una laxitud mínima, concentrada habitualmente en la parte más inferior del abdomen, puede extirparse directamente sin necesidad de recortar el ombligo ni de despegar la piel y grasa subcutáneas de la parte superior abdominal. Con esta técnica, no hay cambios en el aspecto del abdomen superior y no hay cicatriz alrededor del ombligo. Se llama técnica de la minilipectomía abdominal. Esta cirugía menor puede realizarse bajo anestesia regional (epidural) y basta con 24 horas de ingreso en clínica.
En casos de laxitud media puede ser imposible extirpar toda la piel y grasa comprendidas entre el ombligo y el pubis, a diferencia de la dermolipectomía clásica. En consecuencia, cuando se procede al cierre de la herida abdominal, quedará el vestigio de la posición del antiguo ombligo en forma de una pequeña cicatriz vertical que quedará a medio camino entre el nuevo ombligo y el pubis.
Si la laxitud es extrema, como ocurre muchas veces tras adelgazamientos muy importantes, no basta extirpar los tejidos en forma horizontal. Los mejores resultados se obtienen si también se practica una resección de tejidos de forma vertical, a lo largo de la línea media del abdomen, mediante un técnica de dermolipectomía abdominal con diseño en flor de Lys, por la forma que tiene el marcaje de la extirpación quirúrgica. Su consecuencia es una cicatriz compuesta por un componente vertical y un componente horizontal, que recordaría una letra T invertida.
En los raros casos donde sólo hay laxitud en la parte superior del abdomen puede tensarse el tejido hacia arriba y recortar su exceso escondiendo la cicatriz a lo largo del surco de las mamas. Se llama técnica de la dermolipectomía abdominal invertida.
Cuando hay mucho excedente graso en la parte superior del abdomen y en sus flancos, es aconsejable combinar la dermolipectomía clásica con la liposucción conservadora de estas zonas, en la llamada técnica de la lipoabdominoplastia.
No todos los factores de los que depende el aspecto y forma del abdomen pueden ser corregidos con esta cirugía.
En esta intervención no cambia la calidad de la piel, por lo que si ha perdido su elasticidad original siempre estará más predispuesta a descolgamientos secundarios tras esta cirugía. Tampoco borra las estrías, pero elimina aquellas comprendidas en la piel extirpada.
La dermolipectomía abdominal no debe considerarse como un tratamiento quirúrgico de la obesidad. Los individuos obesos que tengan intención de perder peso deben posponer cualquier clase de cirugía del contorno corporal hasta que sean capaces de mantener un peso adecuado y estable.
Aunque lo mejora, no siempre puede corregir plenamente los problemas del plano muscular abdominal.
Tampoco puede mejorar el volumen del contenido abdominal ni cambiar la curvatura de la columna lumbar.
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