En la confluencia superior de ambos labios menores está el clítoris, el equivalente del pene en la mujer.
Su estructura está formada por un tejido esponjoso y eréctil que se dispone formando dos cilindros (cuerpos cavernosos) que se reúnen entre sí para conformar el llamado cuerpo del clítoris. La punta del clítoris aparece discretamente dilatada y recibe el nombre de glande. Como en el varón, el glande está parcialmente recubierto por un pliegue cutáneo equivalente al prepucio masculino, llamado en la mujer capuchón.
Constituye un órgano muy importante durante las relaciones sexuales, pues en él radica buena parte de la sensibilidad erógena. Durante la excitación se llena de sangre, aumentando de tamaño y exponiéndose más el glande para facilitar la recepción de estímulos.
Los problemas más habituales referidos en relación al clítoris son:
- La hipertrofia del capuchón. La piel del capuchón es excesiva, no permitiendo exponer el glande. Sería el equivalente a la fimosis del varón. Puede disminuir la sensibilidad por dificultar la recepción de estímulos erógenos. El tratamiento consiste en recortar el exceso cutáneo.
- El descolgamiento del clítoris (ptosis). Relacionado con la laxitud de los tejidos tras múltiples partos o en relación con la edad. La posición del clítoris es más baja de lo deseado, causando inestetismos en la vulva. El tratamiento consiste en dar unos puntos en la base del clítoris para reanclarlo en una posición más elevada, mejorando su aspecto y también facilitando su exposición durante las relaciones sexuales. A esta técnica se le llama clitoropexia.
- La hipertrofia del clítoris. El excesivo tamaño del clítoris incomoda a la mujer pues puede incluso recordar a un micropene. Suele estar casi siempre en relación a algún trastorno hormonal. La clitoroplastia es la técnica cuyo objetivo fundamental es reducir el tamaño del clítoris intentando preservar su sensibilidad.